Fuente: ABA
Creo que las nuevas formas de trabajo representan diferentes desafíos, según la óptica que consideremos; sin embargo estos desafíos no dejan de representar también oportunidades que no podemos dejar escapar. Y por sobre todas las cosas, no puede estar atado el desarrollo del teletrabajo a situaciones de crisis económicas o sanitarias. Realmente se deben instrumentar políticas públicas que impulsen y favorezcan su desarrollo; debemos generar un proceso continuo para implementar estas nuevas formas laborales propias de esta no tan nueva ya Sociedad de la Información. Esto se logrará con planificación; integración y sinergia de los diferentes niveles y sectores de gobierno; análisis de la situación y las posibilidades que esto representa para todo el territorio y no sólo para los grandes centros urbanos o para las grandes empresas.
Cuál es el desafío entonces? Si consideramos la edad o etapa de la vida de quienes están pensando en teletrabajar, veremos que para una persona joven, menor de 35 años por ejemplo, el acceso –por costo o por falta de infraestructura- puede representar un inconveniente; pero seguramente su preocupación menor será la falta de habilidades para manejarse en Internet, para manejarse con las TIC. Posiblemente deberá resolver temas de organización de su tiempo; de su vida familiar; temas de seguridad; de emprendedurismo; nuevos acuerdos en la relación laboral si hablamos de teletrabajo en relación de dependencia, pero esta franja etaria no tendrá demasiados problemas en su relación con las TIC.
Por el contrario, para quienes superan esta edad, el acceso no es el mayor desafío, sino las habilidades que deben desarrollar para desenvolverse en un entorno laboral en el que se entrecruzan permanentemente el mundo del átomo y el mundo del bit. Deberá tener la capacidad también de actualizar permanentemente sus conocimientos y en especial las herramientas y recursos utilizados, que evolucionan velozmente. Definitivamente, el teletrabajo implica un cambio cultural mayor para la franja etaria que supera los 35 años.
Si analizamos el desafío que el teletrabajo representa para el territorio, en mi opinión el más importante de los que tenemos por delante es lograr que los gobiernos locales y sus comunidades conozcan la oportunidad que representan estas formas de trabajo; que tengan la convicción de que a pesar de las falencias que pueda haber en infraestructura, es posible avanzar hacia un desarrollo de calidad basado en estas nuevas formas de trabajo. Creo que sino estamos aprovechando como es debido esta oportunidad, es porque seguimos con una mirada muy tradicional sobre las nuevas formas de trabajo; las seguimos viendo localizadas, como mencioné al inicio del artículo, solamente en grandes centros urbanos y además desarrolladas de la mano de grandes empresas. Esto siempre me ha preocupado mucho.
Sé que el ejemplo que voy a mencionar está muy alejado de las TIC y sus posibles ventajas…sin embargo creo que será claro. No hace tantos años – y en algunos lugares aún actualmente- no existía la infraestructura adecuada para llegar con agua corriente a las casas; no existía el asfalto…sin embargo la comunidad se organizó, por ejemplo a través de “Sociedades de Fomento” y de diferentes formas resolvió el problema. No se sentaron a esperar que las soluciones llegaran; que otros se ocuparan. Una vez que fueron conscientes de las ventajas y oportunidades que esta infraestructura representaba para el desarrollo de sus comunidades, trabajaron por aprovechar esa oportunidad y lo lograron. Creo que lo mismo debe suceder con el acceso a las oportunidades que brindan las transformaciones del mundo del trabajo; al teletrabajo en relación de dependencia y al teletrabajo autónomo, en el cual desde AAT siempre hacemos foco ya que creemos que cada emprendimiento autónomo es una semilla de futuras pymes argentinas que podrán acceder a mercados internacionales, brindando trabajo a otros argentinos. Y sobretodo….reteniéndolos en nuestro territorio y favoreciendo el desarrollo local.
Por supuesto, en este análisis desde lo territorial, también juega un papel importante el desarrollo de habilidades y capacidades para que la población pueda acceder con las calificaciones adecuadas al nuevo mundo del trabajo. Y en el perfil de comunidades en las que pienso –y que creo constituyen gran parte del territorio argentino aunque en ellas no radique la mayor parte de la población- es fundamental trabajar en ese sentido. Creo que los gobiernos locales tienen una gran responsabilidad y una gran posibilidad en las nuevas formas de trabajo. Nuestra experiencia de trabajo en esas comunidades da cuenta de ello.
10 de octubre 2009
Lcda. Angélica B. Abdallah
Investigadora y consultora especializada en TIC para el desarrollo.
Miembro del Equipo Directivo de la Asociación Argentina de Teletrabajo.
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